Anabel del Val

Some of my favourite poems

I read a lot of poetry. I mainly read Spanish poetry because it's how I better feel this form of art. Living abroad has opened me the doors to other international poets: Keats, Yeats, Whitman, Bukowski, Szymborska and so many more. I still find hard to understand poetry in a foreign language (English) but I'm trying my best not to miss out!
My favourite poet, the one that got me here (to poetry) is Luis García Montero. His poetry is full of the ordinary but seen in the light of the extraordinary. He writes in Spanish so you'll find some of his poems here in Spanish as well.
Another great inspiration for me is Ángel González. Very dark and raw poet. It's the best to read when your days are not what you expected.

I could pick a thousand poems that I love but I'll restrict myself to two of each of my favourite Spanish poets and one in English.

    Aunque tú no lo sepas

  • Como la luz de un sueño,
    que no raya en el mundo pero existe,
    así he vivido yo
    iluminando
    esa parte de ti que no conoces,
    la vida que has llevado junto a mis pensamientos...

    Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
    cruzar la puerta sin decir que no,
    pedirme un cenicero, curiosear los libros,
    responder al deseo de mis labios
    con tus labios de whisky,
    seguir mis pasos hasta el dormitorio.

    También hemos hablado
    en la cama, sin prisa, muchas tardes
    esta cama de amor que no conoces,
    la misma que se queda
    fría cuanto te marchas.

    Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
    hicimos mil proyectos, paseamos
    por todas las ciudades que te gustan,
    recordamos canciones, elegimos renuncias,
    aprendiendo los dos a convivir
    entre la realidad y el pensamiento.

    Luis García Montero

    El amor

  • Las palabras son barcos
    y se pierden así, de boca en boca,
    como de niebla en niebla.
    Llevan su mercancía por las conversaciones
    sin encontrar un puerto,
    la noche que les pese igual que un ancla.

    Deben acostumbrarse a envejecer
    y vivir con paciencia de madera
    usada por las olas,
    irse descomponiendo, dañarse lentamente,
    hasta que a la bodega rutinaria
    llegue el mar y las hunda.

    Porque la vida entra en las palabras
    como el mar en un barco,
    cubre de tiempo el nombre de las cosas
    y lleva a la raíz de un adjetivo
    el cielo de una fecha,
    el balcón de una casa,
    la luz de una ciudad reflejada en un río.

    Por eso, niebla a niebla,
    cuando el amor invade las palabras,
    golpea sus paredes, marca en ellas
    los signos de una historia personal
    y deja en el pasado de los vocabularios
    sensaciones de frío y de calor,
    noches que son la noche,
    mares que son el mar,
    solitarios paseos con extensión de frase
    y trenes detenidos y canciones.

    Si el amor, como todo, es cuestión de palabras,
    acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma.

    Luis García Montero

    Me basta así

  • Si yo fuera Dios
    y tuviese el secreto,
    haría
    un ser exacto a ti;
    lo probaría
    (a la manera de los panaderos
    cuando prueban el pan, es decir:
    con la boca),
    y si ese sabor fuese
    igual al tuyo, o sea
    tu mismo olor, y tu manera
    de sonreír,
    y de guardar silencio,
    y de estrechar mi mano estrictamente,
    y de besarnos sin hacernos daño
    -de esto sí estoy seguro: pongo
    tanta atención cuando te beso;
    entonces,
    si yo fuese Dios,
    podría repetirte y repetirte,
    siempre la misma y siempre diferente,
    sin cansarme jamás del juego idéntico,
    sin desdeñar tampoco la que fuiste
    por la que ibas a ser dentro de nada;
    ya no sé si me explico, pero quiero
    aclarar que si yo fuese
    Dios, haría
    lo posible por ser Ángel González
    para quererte tal como te quiero,
    para aguardar con calma
    a que te crees tú misma cada día,
    a que sorprendas todas las mañanas
    la luz recién nacida con tu propia
    luz, y corras
    la cortina impalpable que separa
    el sueño de la vida,
    resucitándome con tu palabra,
    Lázaro alegre,
    yo,
    mojado todavía
    de sombras y pereza,
    sorprendido y absorto
    en la contemplación de todo aquello
    que, en unión de mí mismo,
    recuperas y salvas, mueves, dejas
    abandonado cuando -luego- callas...
    (Escucho tu silencio.
    Oigo
    constelaciones: existes.
    Creo en ti.
    Eres.
    Me basta.

    Ángel González

    Otras veces

  • Quisiera estar en otra parte,
    mejor en otra piel,
    y averiguar si desde allí la vida,
    por las ventanas de otros ojos,
    se ve así de grotesca algunas tardes.

    Me gustaría mucho conocer
    el efecto abrasivo del tiempo en otras vísceras,
    comprobar si el pasado
    impregna los tejidos del mismo zumo acre,
    si todos los recuerdos en todas las memorias
    desprenden este olor
    a fruta madura mustia y a jazmín podrido.

    Desearía mirarme
    con las pupilas duras de aquel que más me odia,
    para que así el desprecio
    destruya los despojos
    de todo lo que nunca enterrará el olvido.

    Ángel González

    When I Heard The Learn’d Astronomer

  • When I heard the learn’d astronomer,
    When the proofs, the figures, were ranged in columns before me,
    When I was shown the charts and diagrams, to add, divide, and measure them,
    When I sitting heard the astronomer where he lectured with much applause in the lecture-room,
    How soon unaccountable I became tired and sick,
    Till rising and gliding out I wander’d off by myself,
    In the mystical moist night-air, and from time to time,
    Look’d up in perfect silence at the stars.

    Walt Whitman